NOTIFAL/ Coro, Estado Falcón.-
“Hay muchos más muertos y heridos de los que el
Gobierno dice”. De acuerdo con el conocimiento que posee de la zona,
agregó que con la explosión quedaron sectores completamente eliminados
del territorio e innumerables personas desaparecidas, las cuales quizás
nunca más sean vistas.
El fuego, recordó, arrasó con el Destacamento 44 de
la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y con ello murieron no solo los
oficiales, sino también sus familiares. “Hay casas que desaparecieron y
edificios con fuertes daños”.
A juicio de Lückert, se trata de una “calamidad
nacional” generada por la ligereza con la cual se maneja en la
actualidad la empresa petrolera de la región. Mencionó que “la seguridad
y mantenimiento” eran los principales principios que regían la
refinería de alto riesgo y ambos se dejaron perder en los últimos 10
años.
“La industria petrolera poseía un organismo
encargado de preparar a los trabajadores antes de ingresar a las
plantas. Eso lo desaparecieron. Ahora se visten con camisas rojas y
laboran sin tener las experticias y condiciones necesarias”.
Los párrocos de la Iglesia católica desconocen de
cerca la situación. Según Lückert, los funcionarios de la Guardia
Nacional, quienes resguardan las instalaciones de la refinería, les
impiden continuamente el acceso a los que se acercan interesados por
ayudar.
Pese a la negativa, las agrupaciones de Caritas
Diocesana y Caritas Nacional están alertas para servir. “El Gobierno no
acepta todavía las ayudas. Intentamos hablar en vano con el ministro
Rafael Ramírez y el vicepresidente Elías Jaua”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario