Golpeados por la crísis, falta de real para los pensionados, las dificultades para adquirir vivienda, los elevados impuestos por alquileres y aumento de edades para jubilarse, los españoles viven una paradoja frente al escándalo de los gobernantes de por vida (monarquía) sobre quienes los pírricos suelditos no les alcanza para vivir.
Palma de Mallorca
Del elegante palacio de Marivent, que domina el Mediterráneo, al lujoso
puerto deportivo, Palma de Mallorca se había acostumbrado con placer a
acoger las vacaciones de la familia real española. Hasta que el
escándalo sembró la indignación en la ciudad.
"Estoy
muy decepcionada", dijo María de Lluc, una podóloga de 34 años, sobre
la investigación en torno al yerno del rey Juan Carlos, Iñaki Urdangarin, y la esposa de éste, la infanta Cristina, que comparece el sábado ante un juez por presuntos delitos fiscales y de blanqueo de capitales.
"Es verdad que aquí hay mucha concentración de alto
capital pero también tenemos un 18% de la población que vive bajo del
umbral de pobreza", explicó Aina Calvo, exalcaldesa socialista de Palma.
Y pese a que las callejuelas de nobles fachadas góticas no son
conocidas como escenario de manifestaciones, "la indignación" está
presente, afirmó.
"De todos los que tenemos de alguna
forma una representación pública, y ellos no dejaban de tenerla como
Corona, se esperan conductas ejemplares. Y de repente se sospecha que ha
sido utilizado el dinero de todos, incluido de aquellos que viven por
debajo del umbral de pobreza. Es muy difícil de comprender y muy difícil
de asimilar", añadió.
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