El año 2013 será el del ingreso masivo de los llamados relojes “inteligentes” al mercado, que permitirán a los usuarios tener acceso directo a Internet desde sus muñecas, predicen los expertos.
Las especulaciones se dispararon en las últimas semanas entre los
fanáticos de las nuevas tecnologías: los gigantes Apple, Samsung y
Google podrían lanzar próximamente sus modelos de “smartwatches”.
“Creo que alcanzamos un momento crítico”, estima Avi Greengart, de
Current Analysis. Según él, 2013 será el año del reloj inteligente
“porque los componentes llegaron a ser suficientemente pequeños y
baratos” y porque un gran número de consumidores ya tiene teléfonos inteligentes que pueden conectarse a un aparato portátil.
La idea de un “reloj conectado” está, sin embargo, desde hace una
década en los cajones. Microsoft lanzó un primer prototipo en 2003.
Otros relojes aparecieron en el mercado, como el Pebble, que se conecta a
los iPhones y a los smartphones a través de Android, y avisa al usuario
con una vibración silenciosa que tiene una llamada un mensaje de correo
electrónico o cualquier otro tipo de mensaje que llega a su aparato.
Hasta ahora, esos relojes eran capaces de conectarse a los “teléfonos
inteligentes” a través de la red Wi-Fi y suministrar un acceso limitado
a internet.
Pero para los expertos, no bien este accesorio empiece a llamar la atención de un mayor número usuarios, los diseñadores de aplicaciones llegarán en masa con una panoplia de nuevas funciones.
La entrada en este prometedor sector de pesos pesados, como Apple,
“podría hacer despegar el mercado”, estima Greengart, quien precisa que
la utilidad de esos relojes aún deberá ser demostrada, como en el caso
de cualquier nuevo aparato.
Apple mantuvo el misterio en torno a estos proyectos. Pero según
sitios especializados, el gigante informático estadounidense estaría
experimentando con aparatos con las mismas posibilidades de un teléfono inteligente pero que se llevaría como un reloj. Ya tienen el nombre: iWatch.
La firma ABI Research prevé que este nuevo mercado “explote el año
próximo” y alcance los 485 millones de unidades al año vendidas en todo
el mundo hasta 2018.
Oliver Chen, analista de Citi, confía en que esos aparatos del futuro podrían constituir un mercado de 6.000 millones de dólares anuales y suministrar ganancias “más elevadas que la media”.
De acuerdo con Josh Flood, experto de ABI Research, el futuro iWatch
de Apple podría ser una “revelación”. “El asunto es si ese reloj con
pantalla digital será complementario de los iPhones de Apple o
constituirá un producto autónomo con funciones propias”.
Por su lado, Sarah Rotman Epps, de Forrester Research, está convencida de que el ingreso de Apple a este mercado es sólo “una cuestión de tiempo”.
Pero el reloj no necesariamente será el accesorio que haga la
diferencia. Otras declinaciones del mismo concepto, como las gafas
inteligentes, ya probadas por Google, podrían, según ella, funcionar
mejor.
Danielle Levitas, de IDC, ve una verdadera oportunidad para el reloj
inteligente, pues señala que la mayoría de las personas quieren estar
permanentemente conectadas y que “es menos descortés mirar el reloj en la muñeca que sacar un teléfono inteligente del bolsillo”.
Pero quienes los diseñan deberán determinar en un primer momento qué
es lo que realmente quieren los consumidores. Incluido el aspecto
estético, especialmente hay que encontrar el tamaño adecuado del reloj:
suficientemente grande para ser útil pero que no parezca demasiado
llamativo. “Será más difícil para las mujeres”, dice Levitas.
En lo que atañe al precio, un reloj inteligente autónomo podría costar 300 dólares, y cien dólares un modelo vinculado a un teléfono inteligente.
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