NOTIFAL/ Coro, Estado falcón.- ( Especial) El segundo y último día de monumentales desfiles en el sambódromo de Rio
de Janeiro estuvo dedicado a los grandes espectáculos de
Broadway y a la cultura británica, a propósito de los Juegos Olímpicos de 2012, aunque sin dejar de lado las tradiciones brasileñas.
Entre los primeros fuegos artificiales apareció la escuela de Sao Clemente,
la primera de las seis que desfilaron este lunes y la madrugada del
martes. Las restantes siete del total de 13 en el grupo de élite que se
disputan el título de "campeona del carnaval", desfilaron el domingo en
el primer día del espectáculo.
El primer carro alegórico de esta escuela conocida por su irreverencia, fue dedicado al musical del "Fantasma de la Opera" y
luego a la estatua de la Libertad, a la cual dejaron en bikini y con un
helado en la mano, en lugar de la tradicional antorcha. La batería
estaba vestida como los personajes de "Un violinista en el tejado".
En
el sector final, un "Broadway a la brasileña" fue realizado en pleno
sambódromo con las bahianas que cargaban "balangandás" (amuletos)
inspirados en la artista luso-brasileña Carmen Miranda, protagonista de
comedias musicales en los años 40.
La segunda en desfilar fue
Uniao da Ilha, que dejando atrás el incendio en sus depósitos ocurrido
hace un año, recreó un espectáculo dedicado a la ciudad de Londres,
próxima sede de los Juegos Olímpicos.Carros alegóricos
fueron dedicados al museo de cera Madame Tussaud's --con estatuas de los
Beatles, Darwin, Lady Di, la princesa Kate, Winston Churchill--; a
Alicia en el País de Maravillas, en un carro con tazas de té gigantes; y
a las colonias británicas en Asia.
Y como en el sambódromo
terminará la maratón de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro-2016, el
último carro de Uniao da Ilha se lo dedicó a ello."Es una
escuela que llevo en el corazón, ya tengo más de 30 años con ella,
representa la mayor emoción de mi vida", dijo a la AFP Lucia Cruz, de 51
años, que trabaja en apoyo logístico de la escuela.
La escuela
Unidos da Tijuca, penúltima en desfilar, rindió homenaje al compositor
bahiano Luiz Gonzaga, mientras Grande Rio abordó el tema de la
superación, recordando el voraz incendio en sus depósitos que les costó a
muchos el espectáculo del año pasado.
Pero las gradas se
vinieron realmente abajo sólo cuando salieron las escuelas de Salgueiro y
de Mangueira, dos de las más tradicionales de Rio.
El impresionante desfile de plumas rojas, amarillas y blancas de Salgueiro --que
dedicó su espectáculo a la literatura del 'cordel', un género
folklórico y clásico en el noreste brasileño--, y la tradicional mezcla
de rosado y verde de Mangueira sólo trajo interminables aplausos.
Para
este año, Mangueira hizo un tributo al bloco (carnaval de calle)
Cacique de Ramos, dejando un buen tiempo para su batería de percusión.
El "tienen que respetar" de su 'enredo', como se llama al tema musical
compuesto para acompañar su paso por el 'templo del samba', retumbó en
las tribunas.
En el área de "concentración", justo antes de salir
a desfilar, Juan Santano, de 17 años, estaba en la batería listo para
desfilar por séptima vez con Salgueiro. A pocos minutos de la luz verde,
dice que no tiene miedo.
La belleza de este espectáculo, que sigue el mundo entero, tiene su precio:
disfraces incómodos y pesados, fueron queja común entre muchos de los
participantes. "Esta fantasía es bonita sí, pero muy incómoda",
comentaron varias mujeres antes de iniciar el desfile.
Cada
escuela desfila con entre 3.000 y 5.000 bailarines y gastan entre dos y
cinco millones de dólares cada Carnaval. Se sospecha que gran parte del
financiamiento proviene de la mafia de los juegos clandestinos.
No obstante, cada vez más empresas brasileñas y extranjeras invierten en el Carnaval, seguido por los brasileños con la misma pasión que el fútbol.
Ya
bien entrada la madrugada, en el metro se congrega una mezcla de
colores sorprendente: son los participantes del carnaval que regresan a
casa, que esperan ansiosos el anuncio de la escuela ganadora este
miércoles.