Un estado de angustia, desesperación, impotencia y debilitamiento progresivo sufren nuestros adultos mayores en el país cuando se disponen por necesidad acudir en busca de asistencia medica en cualquier centro creado para la atención pública como Hospitales, Ipasme, Seguro Social y Ambulatorios.
En esos centros comienza la agonía para los viejos que lo dieron todo, sirviendo a la nación con su profesión mediante un trabajo realizado en sus mejores años de vida.
Para ellos la realidad actual es otra, por ejemplo los Docentes jubilados, pensionados y activos afiliados al IPASME que pagan religiosamente una mensualidad para recibir asistencia, hoy en día se la niegan con procedimientos y prácticas que representan una tortura para ellos, como reafiliaciones, detalles de pago actualizados que el mismo ente patronal (Gobernación del Estado Falcón) no cuenta en su página web dicha actualización, entre otras documentaciones como: Copias de cédula, Partidas de Nacimiento, Constancias de Trabajo, Constancias de incapacidad etc., es decir cantidades de requisitos que imposibilitan su asistencia y la de sus familiares hasta el punto que una de mis hijas cumplió su mayoría de edad sin poder ser atendida ni afiliada y otro niño ya con 10 años en la misma circunstancia.
La otrora institución modelo con un servicio de calidad hace 23 años, hoy está en condiciones paupérrimas, hasta el punto que para adquirir una cita, el afiliado debe someterse a una cola madrugadora y como los pensionados son los últimos que llegan por la ineficiencia del transporte colectivo ó andar a pie al IPASME, donde después de una larga espera les cortan la cola en su propia cara como lo hicieron el lunes pasado (06/02/2023) con los pacientes que previamente ya habían ido el viernes 03/02/2023 según (NOTIFICACION COLOCADA EN CARTELERA) en la que no fueron atendidos alegando que estaban fumigando, después de cinco meses desde el año pasado intentando y buscando asistencia.
En función a la objetividad, imparcialidad y veracidad de la información son muchas las calamidades que sufren los pensionados en el Ipasme-Coro, hasta el punto que ya es costumbre y se solicita compulsivamente al paciente, llevar guantes o cualquier insumo para poder ser atendido en una institución que construyó las edificaciones por autogestión su planta física, donde el Estado solo pagaría el personal y la dotación de insumos. En tal sentido, el IPASME es una institución de LOS MAESTROS y debe ser administrado por los mismos MAESTROS
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